Ise y el espejo.

Hace unas semanas visité el Santuario de Ise. Bendita nación que tiene a una mujer por Diosa principal. La Diosa del Sol. Más allá de ser una simple visita a uno de los lugares más sagrados para algunos japoneses, para mi fue el parteaguas. Caminé esos escalones rodeados de arboles infinitos, acompañada de la luz de las tres de la tarde, dorada, cálida, el sonido del río, los aplausos y murmullos de las plegarias. Pedí para que todo estuviera bien. Para que cualquier camino que me toqué caminar sea con la verdad y la fuerza digna y plena.

Ser mi propia Amaterasu, ser la Diosa del Sol, de mis soles, de mis naciones. Apropiarme de los ríos, arboles, de los escalones, de la energía, y ser para los que me rodean y que amo, luz, calor, amor. Un sol que los sostenga y los acompañe. Ser fértil, ser tierra, ser nación, ser.