Otra vez.

El ciclo constante de la vida. Ayer fue mi cumpleaños y no sentí que lo fuera. Así que me quedo en los 30.

Hoy Genaro salió de la escuela hablando sobre los planetas, y mientras comíamos vi hacia afuera del restaurante, había una mujer indigente y pensé que sería no tener nada, y tenerte solo a ti en esta vida. Y recordé mi etapa cuando me encantaba el universo, cuando leía a Carl Sagan, o veía a Brian Cox, y esa sensación de sentirte tan pequeño en un espacio ilimitado. Y creo que fue bueno sentirlo para una mujer depresiva y ansiosa, saberte que no hay nada, que no hay nada de qué preocuparse y que al final de grosso modo, solo somos particular en un determinado espacio y tiempo. Así que aquí estoy de nuevo escribiéndome para reconfortarme en los días raros, para que en un par de años los lea y recuerde lo que para mi es realmente importarte.

Conversaciones:

B: G, te voy a dejar con Fernanda, porque tengo que ir al Dr.

G: Por qué vas al Dr. mamá?

B: Porque me duele la cabeza.

Pasa una hora y media.

G: Mamá que dijo el Dr?

Lo cheesy de esto es que mi G recordó que había ido al Dr, y para mi fue que por primera vez que mi hijo sentía un interés genuino por saber algo de mi, más allá de cubrir sus necesidades fisiológicas. Y aunque probablemente tiene alguna explicación científica el nuevo proceso mental de Genaro, no deja de sorprenderme lo bello y orgánico que es.

Conversaciones:

B: Hay pastel en la oficina Genaro.

G: Quién cumplió años?

B: Tu mamá. Y no me felicitaste.

Mientras vamos caminando Genaro se acerca a mi pierna y me abraza.

Entonces con estas reflexiones de mis 30 años, entiendo y reitero lo que para mi es importante experimentar en esta etapa de mi vida. Una charla con Genaro de planetas, escucharlo con su vocecita de niño cantar "Saturno, Urano y Neptuno, son ocho planetas..." y yo derretirme de amor.

Gracias mi G, por recordarme lo que realmente vale en la vida.

Somos partículas en un ilimitado espacio y tiempo, sin nada de qué preocuparse, somos Genaro y Betsaida caminando por la calle un 19 de mayo, aprendiendo uno del otro, sonriéndonos, y diciéndonos el uno al otro lo mucho que nos queremos.