Te vi llegar y sentí la presencia de un ser desconocido.
"Te quise amar y tu amor no era fuego, no era lumbre, las distancias apartan las ciudades, las ciudades, las ciudades destruyen las costumbres."
Hace rato quería escribir sobre la tarde y sus colores. Acá en el norte, la luz es dorada y me parece la cosa más divina. La otra vez manejaba por el centro de ciudad Juárez, eran como las 5 de la tarde, el sol caía y sobre las calles sucias y los edificios abandonados caía esta cascada de luz dorada. Un gris y un dorado que quise pintar pero no me dieron los colores. Hay algo en ciudad Juárez que me encanta, creo que esta creación de la ciudad a la "buena de Dios" calles a medio construir, carriles que los conductores hacen como ellos quieren, fraccionamientos perrones enseguida de canales que huelen a mierda, un puesto de cobijas con el print de Karely Ruiz y atrás uno de la virgencita Merry, edificios grises y carcomidos, la pintura deslavada de los barrotes del lado mexicano del puente internacional, dos policías caminando con armas por la calle, chingos de perros callejeros, y un buen de moteles. Esta sensación de que ahí no existe autoridad, una ciudad anárquica. Solo existiendo, sin tanto barullo.
Y como dice mi Chavelita Vargas, " me gusta el sol y la mujer cuando llora" Y me encanta, me encanta esta sensación de los seres humanos existiendo sin pretender nada, solo siendo, caminando, trabajando, haciendo el amor, respirando, bajo esa luz dorada a las 5 de la tarde.
Escuchen la canción de "Las ciudades de José Alfredo Jimenez"
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